Recuerdo cuando era niña, el babi blanco para el colegio, la falda tenía que ser por debajo de las rodillas, nada de pantalones y mi lazo blanco recogiendo mi melena o adornando mis trenzas.
Recuerdo que la explicación que nos daban a esta indumentaria parecía muy simple, pero en el fondo nos estaba marcando unas pautas de comportamiento, una división nada justa, entre niños y niñas.
El blanco, el color de la pureza, no sólo tenía que tapar nuestra ropa sino domar nuestro pelo, los pantalones eran para chicos y al igual que llevar la falda por encima de la rodilla no era de señoritas. Si las niñas no llevamos el pelo recogido con un lazo blanco, ¿ya no éramos puras?, si llevábamos la falda por encima de la rodilla ¿ya éramos unas ligerillas?, si no llevábamos el babi de color blanco ¿ya éramos unas insumisas?…
Recuerdo lo difícil que resultaba seguir todas estas reglas, realmente absurdas para unas simples niñas, pero sobre todo recuerdo que fue cuando aprendí que el género de una persona inexplicablemente sí importa, y que yo había nacido mujer.
Y que a los niños de nuestra edad se les estaba enseñando equivocadamente, que si un día quería llevar el pelo suelto ya no era pura, si llevaba una falda más corta entonces era una ligerilla, y si llevaba un jersey de rayas de mil colores era una insumisa. Recuerdo que en esta época empecé a ser consciente de todos esos tic educacionales y sociales que tanto mal están haciendo.
Desgraciadamente seguimos educándonos en una sociedad que hace que las mujeres tengamos que mirar hacia atrás, al caminar, al correr solas. Una sociedad anclada en esa educación de pelo recogido con lazo blanco, babi blanco y falda por debajo de la rodilla, como excusa para no poner la máxima pena por el delito cometido. Como siempre la Educación es nuestra asignatura pendiente.
Recuerdo lo feliz que estaba con mis amigas en las clases de Doña Isabel, y su manzana.
Esas mis amigas hoy en día son mujeres luchadoras, tiernas, atrevidas y todo lo que se puede esperar de unas grandes personas. Eduquémonos Todos y Todas para saber entender NO ES NO, para sentirnos seguras aún estando solas, para ser como queramos, sin etiquetas. Recuerdo que ODIO LAS ETIQUETAS.
Fabiola Mora Cañizares es socia y miembro de la Junta Directiva de Marbella Activa.
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