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Dic '15
11 diciembre, 2015
La fisonomía de la ciudad y sus espacios púbicos va cambiando inexorablemente con el transcurso del tiempo y, sin embargo, existen unos seres vivos que, con suerte, han permanecido en sus plazas y calles, como atentos y fieles centinelas, acompañándonos de forma altruista en nuestro existir como ciudadanos, hablamos de los hermosos y beneficiosos árboles. En este nuevo artículo de Antonio Figueredo nos relata la historia de nuestros árboles que también es la historia de la ciudad, ligada íntimamente a su patrimonio ornamental.
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