
Un año más desde Marbella Activa no hemos querido perder la ocasión para hacer nuestra pequeña contribución al ciclo municipal de Marpoética 2025, gracias al talento y el apoyo inestimable de nuestros socios y colaboradores que nos están mandando sus poesías. Aquí os las iremos dejando.
Nuestro presidente, Paco Cervera, estrena este espacio dedicado a la poesía.
Hay personas que conocen
la contraseña de tu alma
y entran sin necesidad
de llamada previa.
Les basta con mirarte a los ojos
y dejar que las historias fluyan
por sí solas, sin empujarlas.
Ocurre rara vez, pero ocurre
y te sientes afortunado
de poder liberar esos recuerdos
que solo tú almacenas
dulcemente
y que cobran nueva vida
compartiéndose.
Estaban ahí
relegados a un momentáneo olvido
y, por arte de magia, se despliegan
y es tan dulce su reencuentro…
No, no quieres nada,
estás bien como estás,
pero son tuyos, los viviste
y nunca los quisiste borrar.
Poco importa qué pasó después,
pasaron y fueron tuyos,
¿qué más podemos pedir?
Hay personas que conocen
la contraseña de tu alma.
Paco Cervera. Profesor de historia
Tiempo muerto
En un libro de versos
le canté al tiempo;
no a ese que llueve
sino el que ha pasado;
el que dice Serrat
y cantaba Machado.
Al tiempo sin fin,
a un tiempo dorado.
Quise cortarle
las alas al tiempo
con el único afán
de poder encerrarlo,
de tenerlo y retenerlo,
Pero el tiempo vuela,
y si no vuela no es tiempo.
Entre verso y verso
me miré al espejo,
y vi que un tiempo
que vive encerrado
no es un tiempo que vive,
sino un tiempo muerto.
Carlos Bernal. Poeta y cantautor
28 de marzo.
Mujer luchadora
En el eco del alba, su espíritu despierta,
mujer de mil batallas, fuerte y sincera.
Las huellas en su piel son relatos de vida,
cada cicatriz un poema, cada lágrima, una herida.
Sus manos, herramientas forjadas en fuego,
acarician los sueños, aunque a veces, no puedan,
y su risa, un faro, que ilumina la senda,
donde sombras y dudas pocas veces se enmiendan.
Ella camina erguida, aunque el viento sea helado,
con la mirada en alto, el corazón revolucionado.
Las mareas la golpean, pero nunca se rinde,
pues sabe que en su esencia el amor se decide.
Luchadora tenaz, guerrera en su esencia,
con fuerza en los brazos y fe en su conciencia.
Es madre, amiga, hermana y consuelo,
un símbolo de esperanza, un eterno anhelo.
La vida le ha enseñado que hay que levantarse,
que el llanto y la risa son parte del viaje.
Y en cada tropiezo, en cada caída,
renace como el fénix, fuerte y decidida.
Así es ella, mujer, un torbellino de vida,
un canto a la lucha, a la voz encendida.
Por cada corazón roto, su lucha se enciende,
mujer luchadora, el mundo te entiende.
Paco Villatoro. Escritor.
Necesitan andar
aunque no sepan muy bien
el porqué ni el para qué,
pero necesitan avanzar.
Son pocos y extraños
en un mundo donde el alma está ausente
y el horizonte cerrado,
pero ahí están
navegando contracorriente en la mar.
No tienen motivos para creer,
pero creen.
No tienen razón para volar,
pero vuelan
No tienen por qué luchar,
pero pelean.
A pesar de tantas batallas perdidas,
a pesar de la soledad
de esta ciudad desolada,
a pesar de los que le que le dicen
ya esta bien, basta;
a pesar de las voces amigas
que le dicen a dónde vas.
Ellos siguen adelante
hacia el más allá;
porque la dínamo carga energía
cuando las ruedas giran;
porque la voluntad alimenta la fe;
porque confían, no sé bien porqué,
en que esta ciudad, algún día,
resucitará.
Rafael Garcia Conde. Docente y ex-concejal.
Sin ti el mar estaría vacío en un horizonte desnudo y solitario.
Las aves pasarían con sus vuelos elegantes sin lugar donde regresar…
Sin un lugar donde sentirse cobijadas en la noche…
A sus pies las olas alborotan el agua marina y la espuma se desliza con su manto blanco de formas caprichosas
Todos acuden hacia ti, moluscos, peces, anémonas, gorgonias…
La vida se aferra con fuerza sobre tu estructura industrial resentida por el tiempo y las adversidades.
Todos llegan cada año a rescatar a su virgen marinera, a encontrarse con sus tradiciones de moragas en la arena.
El mar estaría vacío sin ti, tu silueta esbelta llena el horizonte de añoranzas del pasado, de recuerdos de otras épocas.
Todo acabó, ya no existen los cables de acero, tampoco las vagonetas, el mineral de magnética ya no llega a los barcos con sus hambrientas bodegas.
Terminó el trasiego en aquella torre clavada en el mar donde la vida se aferra con fuerza.
Antonio Figueredo Navarrete. Naturalista y socio fundador de Marbella Activa.
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