Este no es el título de un relato, ni esconde una prosa poética para endulzar el fin de semana. Tampoco es ciencia ficción. Es la pura y más actual realidad, es lo último en el escaparate de las tendencias: la rueda de Boyd Cohen.
Si eres de los que se creen el cuento de que la rueda se inventó hace miles de años, tienes que leer esto. Y si no conoces a Boyd Cohen, ya tienes otro motivo para seguir leyendo. Pero, definitivamente, si te dijeran que este tipo tan astuto ha inventado la rueda sobre la que girará el futuro de las ciudades, ¿dejarías de leer esta historia?, pues adelante.
Boyd nació en Estados Unidos y se doctoró en Estrategias e Iniciativas Empresariales por la Universidad de Colorado. A lo largo de su carrera profesional se ha especializado en desarrollo urbano sostenible, ciudades inteligentes, proyectos de edificios ecológicos, etc. Ahora mismo Boyd es considerado uno de los expertos mundiales en planificación y desarrollo de ciudades y comunidades, especialmente desde el punto de vista del concepto “smart city” o ciudades inteligentes.
Ha dado prácticamente la vuelta al mundo impartiendo cursos universitarios, participando seminarios, escribiendo artículos y dando conferencias sobre su especialidad, y como el español es su segundo idioma también ha recalado en nuestro país en varias ocasiones, y cómo no, le gusta Barcelona.
Está previsto que el mercado mundial de las “smart cities” (la “fiebre del oro” de las ciudades inteligentes) mueva un negocio de 654.000 millones de dólares este año, y se estima que se duplique para el año 2019. Si el año pasado había en todo el mundo 21 ciudades inteligentes, se prevé que para el 2025 habrá 88, principalmente en Europa, Asia y el Pacífico.
Toda esta locura está llevando a los gobiernos locales a una carrera de fondo por dotarse de las armas y medios más sofisticados para convertirse en inexpugnables ciudades del futuro, por atraer las inversiones creándose una marca de ciudad atractiva. Este movimiento mundial ha alcanzado tales proporciones que Boyd pensó que sería bueno poner un poco de orden, fijar unos parámetros, componentes y criterios standard internacionales que sirvan para poder catalogar a una ciudad como inteligente. La “Rueda de las Ciudades Inteligentes”, como la denomina su autor, es un ingenioso sistema que incluye todas las características que se deben reunir en teoría, se distribuyen por radios dentro de la rueda y se agrupan en distintos trozos de tarta como Movilidad, Sociedad, Formas de vida, Gobierno, Economía y Medio Ambiente.
Deduzco de este novedoso esquema giratorio que es un error la idea que teníamos de que una ciudad inteligente es aquella plagada de artefactos electrónicos, chips y controles digitales en todas las esquinas para facilitar, principalmente, los movimientos de sus habitantes, los transportes, la eficiente producción industrial y la prestación de servicios. No es tan sencillo, intervienen otros factores humanos, afortunadamente, como son el gobierno abierto y transparente, la cultura y el bienestar, transportes eficientes, educación, salud, etc, etc.
Y por fin os puedo presentar la Rueda de Boyd Cohen, aquí la tenéis, es bonita, parece diseñada para ser imprimida, recortada, pincharle un palito de madera justo donde dice Smart City y ya está: lista para echar una buena partida de Trivial Pursuit. Solo nos faltan las respuestas del juego, demasiadas incógnitas. Preguntas, sin embargo, nos sobran. Y por cierto ¿quién se atreve a echar una partidita del trivial sobre Marbella?
Jose María Sánchez Alfonso. Socio de Marbella Activa
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