Grandes sueños, valientes, imaginativos, atrevidos. No, no es el título de una película sino una propuesta de futuro. Unos valores de referencia que nos impulsen. Una actitud con la que enfrentarse a los problemas que se nos presentan. Pensar a lo grande, no con una visión miope que a nada nos conduce.
Una ciudad, un país necesita de soñadores que los lideren más allá del presente y animen al pueblo, que les marquen un camino a seguir rompiendo con lo hecho y esperado. Porque para arreglar los baches, poner cuatro bombillas o pintar unos bordillos, son suficientes cuatro trabajadores, y a este ayuntamiento le sobran.
Todos los pueblos necesitan un modelo de ciudad por el que luchar, aunque se tarde más o menos. No importa. Un modelo consensuado con todas las fuerzas políticas, sociales y colectivas. Sin grandes palabras, pero con propuestas muy concretas. Responder a una sola pregunta: ¿hacia dónde caminamos o queremos caminar? Podremos equivocarnos, es posible; pero es preferible a no hacer nada o hacerlo a base de la última genialidad que se nos ocurra.
Una casa no se hace a base de pegotes, de añadidos que se acumulan unos detrás de otros y resulte un aglomerado impresentable. Ni una casa ni un área determinada donde las necesidades se acumulan. Esta ciudad nuestra necesita proyectos globales que la cambien y le ofrezcan las infraestructuras que resuelvan las necesidades esenciales que nos lancen al futuro.Quiero poner varios ejemplos. He visto unas pistas de atletismo preciosas por su colorido en el arroyo de la represa. No sé si cumplen o no los requisitos que las normas exigen para oficializarlas. Algunos practicantes dicen que no. Mejor algo que nada me digo; pero no puedo impedir que me deje una imagen de tristeza, de soledad, al verlas solas en mitad de un descampado. Sensación de la pobreza de quiero pero no puedo en un ayuntamiento que maneja un presupuesto desbordado. Añado la nave que se levanta en Río Huelo. Algunos dicen que es para una asociación de karatecas para que puedan realizar sus entrenamientos. Aparte de la cesión de locales, suelos e instalaciones municipales a colectivos privados, me pregunto si no hay otro suelo para ello, si hay que recortar las pocas pistas deportivas que existen en el núcleo urbano.
Esta ciudad necesita como el comer el pabellón de atletismo que merece una ciudad de miles de ciudadanos. Alguien valiente se atrevería a hacer una propuesta en condiciones.
Otra área. Me alegro de la construcción del edificio de emergencia sanitaria que se realiza adjunto al ambulatorio de las Albarizas. Todos lo celebramos, pero no puedo dejar de pensar en la ampliación del hospital comarcal, el ambulatorio en la zona oeste de la ciudad… Necesitamos políticos valientes que piensen en grande con soluciones globales para unas necesidades urgentes. Si se equivocan, lo aceptaremos; pero esa desidia como norma de comportamiento degrada a una ciudad. Esa mirada corta no nos lleva a ningún lugar.
Podría seguir con las tres salas de un tanatorio sin que se piense en un proyecto en condiciones donde a la tristeza de una muerte, no se añadan las incomodidades de unos dolientes. O unos sótanos donde mal trabajan unos empleados de la justicia en la circunvalación que transmiten una imagen de ciudad dejada. O unos locales comerciales que llaman centro cultural.
Algunos amigos me dicen que soy muy negativo. Creo que simplemente reflejo una realidad que espero nos ayude a reflexionar, a exigir y a pelear por lo nuestro. Puedo asegurar, aunque nadie me crea, que no me mueve ningún interés de apoyar o sugerir ningún partido político sino solo el cariño que siento por nuestra ciudad.
Una propuesta para variar. Una corporación pasada realizo conjuntamente con el colegio de arquitectos más de veinte proyectos para los 90. Uno de ellos realizado por el célebre arquitecto Rafael Moneo era el centro cultural del Trapiche. Terminado, duerme en los archivos municipales. Era un proyecto atrevido y globalizador de todas las actividades culturales: UNED, Escuela de Idiomas y Universidad Popular. Incluidas salas de exposiciones y dos teatros en condiciones y no el de barrio que tenemos ahora. El solar del campo de fútbol, actualmente cerrado, sería ideal por su centralidad, tamaño y cercanía. Y situar el campo de fútbol en el extrarradio con las condiciones adecuadas a medio camino entre Marbella y San Pedro Alcántara. Ahí queda.
Grandes sueños, valientes, imaginativo, atrevidos.
Rafael García Conde.
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