El 12 de mayo de 1909, al cundir la noticia de hallarse detenido el señor Jiménez de Ledesma se exacerbaron los ánimos y en actitud de enérgica protesta se congregaron frente a la Casa Capitular de quinientas a seiscientas personas entre las que podía notarse la presencia de mujeres y niños.
Los manifestantes demandaban a grandes voces la libertad del detenido, mientras los más conocedores del derecho de petición, buscaban al alcalde para formular el excarcelamiento en debida regla. Como la citada autoridad no aparecía, agotada la paciencia y enardecido el espíritu de muchos vecinos, invadieron el local del Ayuntamiento, abrieron los balcones y empezaron a arrojar a la calle diversos muebles y no pocos libros, documentos y papeles. Con todos los efectos lanzados a la vía pública se formó una gran hoguera.
A las doce de la noche se personó el juez en la cárcel y luego de tomar declaración al detenido, decretó su libertad provisional acogiendo el vecindario la aparición en la calle del señor Jiménez de Ledesma con grandes muestras de júbilo y entusiastas aclamaciones.
Así aparecen relatados los hechos en el diario republicano “El popular” el viernes 14 de Mayo de 1909.
El culto popular a la memoria del doctor Jiménez de Ledesma, cabe interpretarlo como la manifestación de un sentimiento de profundo cariño a quien el pueblo llano de Marbella consideró no solo un buen médico, sino sobre todo, un hombre bueno, sumamente caritativo, defensor de la causa de los humildes y víctima del caciquismo local, por cuya presión fue cesado en su destino de médico de asistencia pública (Fernando Alcalá, “Crónica de Marbella”)
Confieso mi debilidad sobre esta leyenda del “médico de los pobres”, confieso mi debilidad por un pueblo capaz de levantarse frente a la injusticia, pero todos los hechos tienen que situarse en su contexto real y por eso hemos querido dejaros aquí este excelente trabajo de nuestra compañera Lucía Prieto, profesora e historiadora. Tomaros el tiempo necesario para poder disfrutarlo.
Leave a Reply