Se quedó a muy corto trecho temporal de alcanzar los setenta años. En un día diecinueve de octubre, con sol espléndido y temperatura impropia, cercana a los treinta grados, fiesta por el día de San Pedro de Alcántara, pasó a la historia local el Excelentísimo Señor Andrés Cuevas González. Tenía ese tratamiento, al que nunca concedió la más mínima importancia, al haber sido senador por designación autonómica; uno de los escasos políticos locales que ha ostentado ese cargo.
Llevaba meses luchando contra una terrible enfermedad, algo que era conocido por muy pocas personas. En estos días, los medios de comunicación han destacado la trayectoria política de Andrés y los diferentes cargos que ocupó en su larga carrera en la vida pública. Por encima de ese brillante currículo, sobre todo me interesa el ser humano: fue un político honrado y extremadamente coherente precisamente porque en su vida privada y social hizo de sus principios un estilo de vida y no tenía otros. Andrés Cuevas era un histórico del desarrollo democrático de la política municipal; conocedor profundo de todo lo relacionado con la Transición, periodo que vivió en primera persona, viniendo del activismo en contra de los últimos años de la dictadura. De lengua rasurada, esa ausencia de dobleces le llevó a expresarse siempre con mucha claridad, defendiendo sus postulados políticos de izquierda.
Era marbellí nacido en una familia muy numerosa tanto por parte de padre como de madre. Su padre, Enrique, era guardia civil. La madre, Águeda, fue una conocida vecina de la ciudad, siempre dispuesta a ayudar a los demás, con una acusada faceta que hoy se denominaría solidaria. Una familia de muchos hermanos, hermana de Águeda y tía de Andrés, fue Mariana, madre de un histórico en la gestión del fútbol local y comunicador radiofónico, Salvador de la Haba. Otro de sus tíos fue Salvador González, quien regentó durante décadas uno de los más genuinos negocios de alimentación de Marbella, la tienda de ‘ultramarinos’ ubicada al norte de la calle Peral. Su tía Francisca fue una conocida modista o «costurera» como se decía en Marbella. Andrés Cuevas fue bautizado en la iglesia de Santa María de la Encarnación, actuando como padrinos el matrimonio formado por Antonio Claros Gallardo y Francisca González, con quienes se encontraba emparentado. Vínculos familiares tenía igualmente con el alcalde Francisco Cantos Gallardo.
Andrés defendió y confesó su ideología, una actitud valiente en tiempos difíciles. Siempre resaltó la debilidad por su madre; en una emisión televisiva de hace años, aseguraba que incluso había participado en alguna ceremonia religiosa por respeto a ella. Además de la función política, desarrollada en los ámbitos local, autonómico y nacional, desde planteamientos de humildad, fue un convencido activista social que le llevó, en los últimos años, a crear en Marbella la ‘Plataforma para la defensa de pensiones dignas’, que se reúne semanalmente en la Plaza de los Naranjos. Hombre familiar, además de su mujer e hijos, siempre contó con la cercanía de sus hermanos. Acostumbraba a practicar deporte a primeras horas de la mañana, dejándose llevar por los sonidos de la radio. Una de sus facetas más entrañables fue la de músico, formando parte de grupos musicales locales desde su juventud y en ese empeño seguía. Algunas tardes no se podía quedar con él porque tenía que ensayar.
«Andrés defendió y confesó su ideología, una actitud valiente en tiempos difíciles».
Formó parte de tertulias en Radiotelevisión Marbella, Onda Cero y M95 TV. Publicó un buen número de artículos de opinión en periódicos provinciales. Durante la época del ‘gilismo’ se situó en frente y recibió todo tipo de descalificaciones. Una de sus últimas empresas cumplidas fue la colaboración con Rafael García Conde, compañero desde los inicios del municipalismo democrático, en la escritura del libro ‘Muerto el perro. ¿se acabó la rabia?’, que se presentó en el mes de mayo de 2018 en el Centro Cultural Cortijo Miraflores. En su legado deja también una colección de camisetas con iconos y lemas cargados de contenido y significado. Andrés es ya historia de la etapa democrática de Marbella. La crónica convencional diría que fue esposo, padre y hermano; y es cierto, pero fue también la coherencia personificada, el amigo cercano; uno de los escasos políticos que se conocen que renunció a la compensación económica que le correspondía tras dejar el Senado. Es de justicia un reconocimiento institucional. Los defectos que tuvo no me constan ni me interesan. Andrés Cuevas nunca fue el ‘rey’ de su casa, sencillamente porque era contundentemente republicano.
Puedes escuchar este podcast de Cadena Ser.
Francisco Moyano. Cronista oficial de la ciudad.
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