En los alrededores de lo que antiguamente era un convento de viudas y solteras –el Begijnhof, en pleno centro de Amsterdam– ahora se exhiben sin pudor los cuerpos desnudos y lubricados de mujeres que se alquilan por un rato de placer y un billete sudado. Se muestran en los escaparates, unas como marmóreas estatuas clásicas ante el continuo ronroneo de la calle, otras como muñecas que se contornean por control remoto para deleite de los impávidos viandantes. Y hacia las nueve de la mañana, en el patio del convento ya no cabe una bicicleta más.
¿Qué ha ocurrido en Holanda en los últimos 20 años? Las bicicletas son sagradas, son el nuevo dios de los ateos del norte, el moderno tótem de los civilizados y verdes europeos del siglo XXI. Y nos reconquistan, la avalancha de ciclistas baja del frio, imparable, en silencioso pedaleo, incesante, creciente. Es la erótica irresistible del pedaleo. El nuevo ejército de fanáticos ya está tomando al sur. Silencioso, cadente, ha tomado Sevilla. Ya viene por Málaga, donde ha ocupado el centro, y dicen que pronto tomará Marbella, el último bastión posible, lo más al sur. La dulce y montañosa Marbella no se podrá resistir al silencioso encanto de los timbres y los destellos cromados.
Este artículo del magnífico periodista de El País Pablo León nos cuenta como se han vuelto locos los holandeses, y como nos volveremos aquí. Marbella Activa se monta de un salto a la erótica bicicleta.
Artículo Holanda culto a la bici
José María Sánchez Alfonso. Socio de Marbella Activa
Es tiempo de bicicletas. Están detrás de cada esquina, las más atrevidas dan la cara y circulan descaradamente entre el agresivo tráfico automovilístico; las más tímidas y temerosas esperan su oportunidad, preparadas para el momento en que tengan la confianza suficiente o se les ofrezca la seguridad necesaria. Ya queda menos.
By: Arturo