El éxito de la manifestación contra el turismo de masas que recorrió este pasado sábado la Costa del Sol ha sorprendido a los propios convocantes. Unas 57.000 personas, según los datos de la delegación del Gobierno, recorrieron las principales arterias de Marbella, Fuengirola, Estepona, Torremolinos, Mijas, Benahavís, Manilva, Estepona, Ojén y, en menor medida, Istán bajo el lema ‘La Costa del Sol tiene un límite’. Esta histórica manifestación ha reclamado un cambio de modelo en una zona que se debate en una paradoja que empieza a preocupar en todos los destinos turísticos del mundo: ¿Hasta qué punto su principal fuente de riqueza, el turismo, se ha convertido también en un foco de preocupaciones? Los asistentes corearon lemas como «El turismo me sube el alquiler», «El paraíso no se hace con cemento» o —uno de los más repetidos— «No es turismofobia sino corruptofobia».
Un portavoz de los vecinos convocantes sentencia que «cada vez recibimos a más turistas y, sin embargo, tenemos las mayores dificultades de acceso a la vivienda». Los vecinos consideran que el crecimiento desmesurado del turismo, con el brutal desarrollo inmobiliario que conlleva, les afecta directamente cuando, en teoría, deberían ser los beneficiarios de su imparable crecimiento económico. Exigen que se establezcan topes como regular la compra de la vivienda, plantean una moratoria a nuevos proyectos, que se limite la oferta de pisos turísticos y que se fije una ecotasa.
Los manifestantes, muy activos en todas las ciudades de la Costa del Sol, cargaron contra la industria turística, que hace gala de sus cifras récord tras al batacazo de la pandemia. «Éste es un territorio con límites claros. Cada vez las carreteras están más saturadas, el alquiler no para de subir, la gente que tradicionalmente vivía en un barrio se ve expulsada, los espacios naturales están más abarrotados y los servicios públicos no mejoran», señalan. No obstante, no sólo los hoteles concentraron los reproches: «El turismo vacacional urbano está arrasando. Tenemos una enorme crisis de vivienda. La proliferación de pisos turísticos encarece los alquileres, el precio está por las nubes y no deja de crecer», señalan ¿Un ejemplo palpable? Marbella, donde «la vivienda se ha convertido en un activo financiero», dijo un portavoz.
La Junta de Andalucía, tras el éxito de la manifestación, aplaude la protesta. El presidente, Moreno Bonilla, alienta a la sociedad «a que salga y exprese su malestar», aunque defiende su gestión y pide «no cargar contra una industria que genera puestos de trabajo y que está llevando a cabo una gran transformación». Por su parte, tras la manifestación del sábado, el sector hotelero reconoce que la Costa del Sol ha entrado en un periodo de reflexión sobre su modelo, y que hay que ir hacia un» turismo regenerativo» que no genere impactos negativos en el destino.
Por contra, los manifestantes se muestran escépticos porque el objetivo sigue siendo crecer a toda costa, se dan más permisos para construir más, y más rápido. Los vecinos se plantean si no son ya demasiados los visitantes que llegan, una pregunta que se acrecienta entre las familias y trabajadores que tienen que abandonar su barrio por el precio de la vivienda, cuando intentan usar una urgencia hospitalaria o con cada nuevo proyecto macro hotelero que amenaza un paisaje ya deteriorado. Una vecina de Estepona dijo: «Yo ya no conozco a mis vecinos, y cada vez hay menos tiendas en la zona». La Costa del Sol, en suma, se rebeló el sábado contra el turismo de masas.
¿Falso? Seguro: una crónica inventada. El sábado no hubo ninguna manifestación en la Costa del Sol pidiendo límites al crecimiento turístico. ¿Pero falso de toda falsedad? Igual no. Esa manifestación síse produjo en Canarias. Tal como se ha descrito. Tal como se la he relatado. Con ese respaldo. Con esos argumentos. Los canarios han sido los primeros en dar masivamente. La alarma. Los nombres de esta noticia ficticia son otros pero ¿Les cuadraría esa protesta aquí? ¿Les suenan familiares las quejas? ¿Ocurre algo parecido, o muy parecido, en la Costa del Sol? ¿Incluso, peor? ¿Nos concierne el problema? ¿Ustedes que creen? ¿Habría que convocar una protesta así? ¿Recibiría el apoyo de las autoridades? «No queremos morir de turismosis», sería un buen lema. O igual no, que estos canarios son unos tremendistas y la cosa no va con nosotros, faltaría más.
Miguel Nieto es periodista y miembro de Marbella Activa.
El Dardo en La Palabra es su colaboración semanal en Onda Cero Marbella.
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