Esta mañana, ventosa como tantas otras que llevamos encadenadas en estos meses desabridos, he abierto mi cartera a ver cómo andaba de billetes. Ya sé que el pago en efectivo tiende a desaparecer pero a los antiguos, a la generación de la peseta, nos gusta llevar efectivo. Una cartera vacía no tiene por qué ser un mal presagio pero se le parece mucho. Mejor saber de cuanto dinero se puede tirar, que el plástico de las tarjetas, que yo sepa, no recicla la cuenta corriente, sólo la asalta. Me encontré tres billetes diferentes ¿Ustedes se fijan ya en los motivos de los billetes de euros? ¿En qué significan? ¿Reconocen, más allá del mapa del continente, de qué van los grabados?
Euros. El billete azul de 20 diría que en el reverso muestra unos vitrales góticos y en el anverso un puente con ojos de herradura. Hermosos. Me suenan pero no sabría decirles de donde son. Pero sí, sin duda es un billete gótico. El que creo verde, pese a lo arrugado y desteñido que está, el de 5 euros, muestra un arco como de triunfo, pero antiguo. No es el de París, claro. Quizá italiano, aunque no lo reconozco. El puente estampado de delante más parece un acueducto con tres pisos de arcadas, quizá romano aunque no salgo de la duda. Como lo tengo repetido, lo remiro y me fijo: tiene unos capiteles jónicos, igual neoclásicos. No sé, tampoco reconozco a qué país corresponden estos grabados. El último, el rosado casi naranja de 10, sí me suena. Es un pórtico famosísimo que identifican como español, pero tampoco lo ubico. El puente debería ser románico pero, la verdad, los tajamares me parecen romanos aunque el arco sí diría que es medieval. En definitiva, que no tengo ni idea. Hasta el punto de que he visto los billetes del revés. Confunde el tamaño de las cifras pero delante, donde los pórticos, las cantidades salen dos veces. También la bandera europea, azul con su corona de estrellitas, y el año de impresión. Ya puestos, les digo: los tengo correlativos: del 2013, 2014 y 2015. Ya viejos, ¿no creen?Europa está llamada en tres semanas a las urnas y más allá de la política reinante a mí me da por ver si distingo la Europa doméstica que administro en billetes. O más en monedas. ¿Me traiciona el subconsciente y pienso que es la que realmente cuenta, la Europa de los dineros? A saber, pero visto lo no visto, tampoco de esa entiendo un pimiento. La curiosidad me vino porque los grabados tienen su simbolismo.
Como no me acuerdo —bueno de algo sí, que los puentes tenían algo que ver con la unidad entre los pueblos—, tiro de wikipedia.
En el anverso de los billetes figuran «ventanas y puertas, que simbolizan el espíritu europeo de apertura y cooperación». Vale. Los puentes del reverso «son un símbolo de la comunicación de los pueblos europeos entre sí y con el resto del mundo». ¡Vaya!, aquí me he acercado aunque no son monumentos destacados de los países de la Unión Europea sino recreaciones de estilos arquitectónicos: desde el clásico, románico y gótico a —leo, que son los de 200, y esos no los veo ni en pintura— la «arquitectura del hierro y del cristal del siglo XIX» ¿Alguien se acuerda si los de 500 eran arquitectura futurista, de puro utópicos?
Europa, sí. Menuda entelequia. El desconocimiento, mi desconocimiento, de la simbología de los billetes del Euro se me antoja casi una metáfora del que tengo, tenemos, de la propia Unión Europea a cuyo parlamento nos convocan a elegir ¿Qué sabemos de política comunitaria? ¿Qué sabemos de los retos que afrontamos? ¿Cuánto de unidos creen que andamos los estados miembros? ¿Cuáles son los candidatos para entrar en el club? ¿Qué pasa con los díscolos donde resuenan clarines autoritarios? ¿Qué tal llevamos la paradoja de aparcar los desafíos verdes e incrementar el gasto en Defensa? ¿Y la inmigración en alza? ¿Y el asilo subrogado? ¿Rusia amenaza con invadirnos? ¿Decaerá nuestro apoyo a Ucrania? ¿Nos mojaremos de veras en Palestina? ¿El intento de asesinato del primer ministro eslovaco es un síntoma? ¿De qué? ¿Debe preocuparnos el auge de la ultraderecha? ¿Están en peligro los principios fundacionales del sueño europeo? ¿O mejor, del compromiso con la libertad, los derechos humanos y la paz?
Sí, nos llaman a votar. Por Europa. A todas sus naciones y gentes. Aunque igual antes de decidir quienes queremos que nos representen deberíamos ponernos de acuerdo en qué es Europa y hacía donde camina. Más que nada por aclararnos, digo. Por manejarnos algo mejor que con los billetes ¿O va a ser que ustedes sí distinguen toditos los puentes y arcos?
Miguel Nieto es periodista y miembro de Marbella Activa.
El Dardo en La Palabra es su colaboración semanal en Onda Cero Marbella.
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