16
Jun '14
16 junio, 2014
Nuevo artículo de Antonio Figueredo Navarrete desde la tristeza, desconcierto e impotencia que le ha producido la tala de los árboles de la calle Notario Luis Oliver. Sentimientos que muchos compartimos por esos árboles que nos han visto nacer y jugar bajos sus copas frondosas. Copas que tardaremos muchos años en volver a disfrutar y que vuelvan a dar los beneficios que una gran arboleda como la que había es capaz de regalar desinteresadamente. R.I.P.
Yo presencié en directo los primeros momentos, con el alma encogida ante la barbarie, cuando comenzó la tala esa siniestra mañana. Fui en bicicleta ante los rumores que corrian por la ciudad, porque no acababa de creérmelo. El espectáculo fue desolador, no hay una palabra mas exacta para para describirlo. Pero la memoria no nos fallará, y antes de lo que piensan estos canallas les caerá el peso de la justicia de los ciudadanos, esa justicia que no es ciega, ni entiende de plazos, ni ridículas ceremonias dieciochescas. Lo van a pagar caro, y pronto. Gracias por un artículo tan emotivo y movilizador !
By: José Maria