Nuestra Naturaleza.
Alcaudón real. El enmascarado cazador.
Con sus apenas 25 cm de longitud y poco más de 30 de envergadura, el alcaudón real Lanius meridionalis, es un formidable cazador. Es el mayor de su familia los Laniidae, y aunque sus armas de caza no son nada destacables, puede llegar a capturar insectos de gran tamaño, micromamíferos, pequeños reptiles e incluso algunos pájaros. Los escorpiones son otra de sus piezas de caza preferida, a los que a base de paciencia consigue desprender de su mortal aguijón, para después rematarlo.
Posee un amplio rango de vocalizaciones y es un gran imitador. De hecho utiliza a menudo estas imitaciones de otros pájaros para atraerlos y darles caza; técnica que denota un cierto grado de inteligencia, al ser capaz de relacionar la especie avistada con el reclamo a imitar para conseguir atraer a su víctima a la distancia adecuada, para luego terminar el lance cinegético.
Es un ave solitaria, que suele ser fácilmente detectable por su costumbre de posarse en lugares elevados, tanto en árboles o arbustos, como en postes eléctricos y otros elementos colocados por el hombre.
“Es un ave solitaria, que suele ser fácilmente detectable por su costumbre de posarse en lugares elevados, tanto en árboles o arbustos, como en postes eléctricos y otros elementos colocados por el hombre”
Su técnica de caza predilecta es el acecho. Desde su elevada atalaya controla su territorio y cuando detecta una presa se lanza sobre ella, generalmente en el suelo; pero también puede entrar a saco en matorrales y árboles con un vuelo rápido y potente, e incluso hacer breves cernidos para localizar con exactitud a su presa y lanzarse sobre ella.
Es un ave fundamentalmente sedentaria, al contrario que el resto de los alcaudones ibéricos, que son migrantes transaharianos. Los machos suelen permanecer todo el año en su territorio, y las hembras y los jóvenes del año, si que pueden desplazarse a otras zonas a pasar los meses más fríos. En Europa solo se encuentra en la península ibérica y sur de Francia. La especie dividida en varias subespecies, se distribuye además por zonas de África y Asia.
Su aspecto es inconfundible, con un antifaz negro que le dota de un aspecto amenazante, pico ganchudo y patas fuertes, pero desprovistas de garras propiamente dichas; si bien es verdad que posee unas uñas largas y fuertes, que son sus armas de caza. El pecho es de un color blanco con un ligero tinte rosáceo, que lo distingue de su pariente el alcaudón norteño del que se separó taxonómicamente hace ya un tiempo. El dorso es de un tono gris pizarroso. Otro rasgo destacable es su cola larga y negra con las caudales externas blancas. No presenta dimorfismo sexual, e incluso los jóvenes adquieren ya el plumaje adulto tras desprenderse del primer plumón. Por lo tanto el aspecto general es el de un pájaro de tonos grises y blancos, con una cabeza voluminosa y larga cola.
Como los demás alcaudones tiene la costumbre de “empalar” a algunas de sus presas -normalmente las más grandes- para despedazarlas. Si no lo consume entero, lo deja allí y lo utiliza como despensa para consumirlo cuando escasee la caza. Puede utilizar tanto arbustos espinosos, como algunos alambres de espino para este fin.
Pero aunque es un cazador eficiente a pesar de su tamaño, también es susceptible de ser presa de algunos predadores, sobre todo alados, que consiguen de esta forma a la vez que alimentarse, eliminar a un competidor.
En los medios agrícolas es el cernícalo vulgar el que cumple esta función regulatoria principalmente. Pero también el gavilán común es otro predador a tener en cuenta por el alcaudón real, al igual que para el resto de los paseriformes, presas preferidas de este cazador alado.
Prefiere zonas más bien abiertas, evitando los bosques cerrados, y puede ocupar desde alcornocales y encinares generalmente adehesados, hasta olivares y otras plantaciones de frutales, así como enebrales, sabinares y otros matorrales.
Es por lo tanto un típico habitante de ambientes mediterráneos, preferiblemente en mosaico, que es donde encuentra su hábitat óptimo, de ahí que en la península ibérica falte o se rarifique en gran parte del tercio norte.
Nunca fue un ave abundante, pero en los últimos tiempos su población ha caído drásticamente. Según los datos del programa SACRE (SEO/Birdlife), el declive desde 1998 es del 70%, siendo este porcentaje el mayor detectado entre los paseriformes, lo que da una idea del fuerte descenso que este bello cazador al acecho ha tenido recientemente.
Figura ya en el Libro Rojo de las Aves de España como “en peligro” y las causas de su grave descenso poblacional aparecen una vez más ligadas al uso masivo de pesticidas en el medio agrario y a otros factores propios del manejo del territorio, como repoblaciones con coníferas, intensificación agrícola, transformación en regadíos, etcétera.
En la provincia de Málaga se reproduce en unos cuantos enclaves, y cada vez en menor número, siguiendo la tendencia a nivel nacional. Es más común en el norte provincial y en serranías. En invernada si que aparece en más zonas, lo que indica un cierto movimiento, sobre todo altitudinal, ya que durante los meses de otoño-invierno aparece en lugares más cercanos a la costa. En el término de Marbella es un invernante, pues no llega a criar en él, si bien en puntos cercanos, como la Sierra de las Nieves si que es un reproductor habitual.
El alcaudón real ha sido candidata en más de una ocasión a ser designada “ave del año” por SEO/Birdlife y aunque todavía no lo ha “conseguido”, la sola inclusión entre las candidatas, indica la preocupación que existe por su estado de conservación, que como hemos dicho, es francamente desfavorable.
Juan Caracuel Jiménez.
Miembro de SEO-Málaga y Marbella Activa.
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