La Federación Española de Municipios y Provincias (FEMP) aprobó en 2014 un documento sobre Gestión Municipal del Patrimonio Histórico-Cultural. Su principal fundamento son las recomendaciones para el desarrollo de planes municipales de gestión del Patrimonio, elementos “irrepetibles” de carácter material: yacimientos, edificios, restos… sujetos al peligro de degeneración o pérdida. Los programas, inspirados en el marco de los proyectos exigidos por la UNESCO se sustentan en varios ejes confluyentes: diagnóstico, proyectos de conservación, perspectivas de uso y viabilidad económica.
Hasta la experiencia más reciente del laissez faire la acción cultural municipal ha sido heredera del modelo dirigista implantado en 1979 por los ayuntamientos socialistas, basado en el convencimiento de que las acción cultural –en la que el Teatro ocupaba una posición destacada— debía ser subvencionada y pilotada por los poderes públicos apoyados por intelectuales y artistas de prestigio. En Marbella, la mimesis se manifestó, en la importancia que alcanzó la actividad teatral y una oferta amplia de actividades literarias y musicales. Durante el gilismo, la Delegación de Cultura, se abrió a la colaboración con la Fundación José Banús y con el Museo del Grabado vertebró la oferta en torno al elitista mundo del arte. La creación, en la periferia, del Teatro Municipal fue un desagravio por la salvaje destrucción de la Sala de Usos Múltiples; la rehabilitación del Cortijo de Miraflores justificó la desaparición del patrimonio industrial de El Ángel y ocultó que el Trapiche del Prado era una cuadra. Sin que, por cierto, en aquellos años en los que se urbanizó el terreno colindante, nadie reclamara su conversión en residencia de mayores. La Delegación de Cultura dirigida, durante la Comisión Gestora, por Francisco Javier Moreno, historiador del arte, impulsó acciones encaminadas a paliar el expolio y los daños patrimoniales. Pero fue la creación del Archivo Histórico Municipal, instalado en el Cortijo, lo que abrió nuevas perspectivas para la investigación histórica al dotarlo de instalaciones y medios para su consulta. Esta nueva infraestructura cobró significado con la celebración de jornadas realizadas conjuntamente con las instituciones con responsabilidad en la gestión y divulgación del conocimiento histórico: el Archivo Histórico Provincial, el Centro de Profesores, la Asociación Cilniana y la Universidad de Málaga. Durante la primera legislatura del Partido Popular, Carmen Díaz, mantuvo un cierto compromiso con la Historia Local, y sobre todo, en función de la actuación en la Villa de Río Verde, con el patrimonio arqueológico.
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