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May '14
7 mayo, 2014
Ahora que el medio ambiente está de moda -también por imperiosa necesidad- y nos llenamos la boca con términos como sostenibilidad, cambio climático y otras bagatelas del oportunismo no comprometido sino producto de un marketing que vende y es políticamente correcto, resulta necesario colocarlo en el sitio que se merece. En este magnifico artículo de nuestra firma invitada de hoy, Jesús Duarte, nos desgrana el valor real del medio ambiente en todas sus acepciones y porque es necesaria la conservación medioambiental.
Me ha llenado de alegría y esperanza poder leer un comentario como este condimentado con rabia, indignación y sobre todo mucha lucidez. También me alegra mucho tener seguidores de nuestra causa tan comprometidos con nuestro futuro, cada vez somos más los que tenemos muy claro nuestro camino y nuestro destino. Gracias por este fantástico comentario el cual creó que debería ser publicado como ejemplo de la nueva conciencia que esta surgiendo y despertando en Marbella. Un saludo.
By: Antonio Figueredo NavarreteEnhorabuena Jesús por tu artículo. No sé si conoces esta frase, no me acuerdo de quien es: El hombre es la especie más insensata. ¡Venera un dios invisible y masacra una naturaleza visible! Sin saber que esa naturaleza que él masacra es ese dios invisible que él venera. Yo me pregunto: ¿podremos todavía salvar a Marbella de la masacre? ¿Existirá alguna vez un movimiento ciudadano de verdad que no permanezca impasible ante las barbaries medioambientales y paisajísticas que en esta ciudad se cometen? ¿Cuándo vamos a dejar de ver como destruyen nuestro paisaje sin que nadie proteste? En Marbella vivimos mayoritariamente del turismo y podemos seguir haciéndolo sin destruir el medio ambiente. Al contrario, el medio ambiente es una baza turística en sí mismo. Nuestro entorno natural es una referencia, la esencia de nuestro paisaje. Y es precisamente el paisaje el gran olvidado cuando se habla de conservación. No hace falta ni siquiera que se le dé un uso específico al medio ambiente, sólo con estar ahí, como referencia paisajística, ya es una de las claves de nuestro atractivo. El paisaje es lo más preciado que tenemos y es la clave de nuestro éxito, ¿Por qué vamos a cambiarlo radicalmente para favorecer el negocio de unos cuantos? En tu artículo hablas del “valor existencial” como razón para conservar el medio ambiente y parece que algo tan esencial no se tiene en cuenta. El medio ambiente se debe conservar sólo por que exista, por que no se destruya para siempre. Marbella perdió su gran pulmón verde, que era Nagüeles, en los años 80 y 90. Ésta fue una grandísima pérdida. No conozco la historia de primera mano porque entonces era muy joven y no sé si fueron muchos o pocos, pero sé que los que entonces protestaron contra ello no pudieron hacer nada. Quizás aquellos grupos ecologistas como Pinsapo estaban demasiado solos, sin un respaldo ciudadano importante. ¿Cómo sería el paisaje de Marbella si hubiéramos conservado esa masa forestal que teníamos? Qué importante sería tenerla ahora y cómo enriquecería el paisaje y los recursos de Marbella. Es un ejemplo de todo lo que hemos perdido y seguimos perdiendo. Lo teníamos todo al alcance de la mano y lo estamos perdiendo de manera estúpida. El monte bajo Mediterráneo, ese espacio que estaba entre la ciudad y la sierra, ya casi no existe tampoco. Todo o casi todo está urbanizado. Podríamos haberlo conservado como nuestro corredor verde, a un paseo de distancia desde el espacio urbano. Pero ese ecosistema de monte bajo ya no es más que algo residual. Sólo quedan fragmentos, como el Alcornocal de la Mina. Y es que llevar ahora un polígono industrial al monte me parece incluso maquiavélico, sobre todo porque el único motivo es pegar el pelotazo del siglo con casas de lujo donde se encuentra actualmente el Polígono de la Ermita. La zona está justo al lado del mar y del futuro “maravilloso” puerto que estoy seguro algún día terminarán haciendo, con unas pendientes que aseguran la vista del mar a todas las casas. Esa sí que es la gran mina de oro de los especuladores. Sí, es más bonito que un polígono, pero es que el polígono ya está ahí y no tenemos más sitio a donde llevárnoslo. Desde luego no al medio del monte donde ahora están los pocos alcornoques que nos quedan. Es demencial tanto desde el punto de vista de la logística (accesos, etc.) como paisajístico. También el medio ambiente de las playas parece que tenemos que destruirlo. ¿Para qué queremos un paseo marítimo en los 27 Kms de litoral de nuestro municipio? ¿De dónde sale esa necesidad? ¿Por qué no se puede conservar el paisaje de las playas lo más natural posible? La costa ya está entera urbanizada, pero todavía tenemos playas hacia el Este del casco urbano donde una densidad edificatoria menor y la ausencia de un paseo marítimo ha podido conservar ese carácter más natural y tranquilo, incluso con pequeños trozos de ecosistema dunar. Pues bien, ahora tenemos que plantar ahí un paseo marítimo. ¡Como si no se pudiera pasear por la arena de la playa si se quiere disfrutar de un paseo al lado del mar! ¿Por qué tenemos que permitir que hagan negocio con nuestro patrimonio y encima nos lo vendan como una buena gestión y un bien necesario para nosotros cuando es lo contrario? Ya han empezado las obras en la zona del Pinillo y ahora nos preguntamos si se van a respetar los árboles y las dunas. ¿Cómo se van a respetar? ¿Qué van a construir la pasarela en el aire? Todo esto de la construcción especulativa en España estaba muy bien orquestado desde los tiempos de Aznar y su “España va bien “, cuando se jactaba de que España estaba construyendo más que Alemania, Reino Unido y Francia juntas, como un gran éxito de nuestro país. Claro, dando trabajo a los que dejaban la escuela por la obra se aseguraban el apoyo de la gente de la construcción (habría que pensar ya en esta palabra como un eufemismo y llamarlo “la destrucción”, ya que es mucho más lo que se destruye que lo que se construye). Así, la dependencia de un gran sector de población de esta actividad económica como sustento vital garantizaba el visto bueno a toda operación urbanística que permitiera a los poderosos dar sus pelotazos y sacar sus milloncejos y al resto quedarse con las migajas de un sueldo, el cual invertían de nuevo en hipotecas y así el negocio se redondeaba. El pueblo, convenientemente confundido, siempre recitaría aquellos estribillos de “es el progreso” o “se crean puestos de trabajo”. ¡Cómo se hicieron su propia Ley del Suelo, para que todo fuese legal y la industria inmobiliaria tuviera vía libre para hacer crecer la burbuja todo lo que ellos quisieran! ¿Que entraba en conflicto con otras leyes autonómicas referentes al desarrollo urbano? Daba igual porque los propios administradores autonómicos también iban a pillar cacho y no iban a parar nada de este fenómeno destructivo de nuestro medio físico, de nuestra madre naturaleza, de dónde venimos todos y a la que pertenecemos. Y todo no por necesidades vitales y sociales del crecimiento natural de una población, lo cual sería comprensible, sino por los intereses particulares de unos pocos a los que sólo les interesa una única industria, la de la destrucción. En el mismo debate sobre los rascacielos, me daba la impresión de que a veces se debatía sobre la construcción en altura o no en altura. Cuando el debate debería haber sido sobre la construcción en sí misma, sea un rascacielos o una urbanización de adosados. Tanto uno como la otra destruyen nuestro paisaje natural. A ver si ahora en sustitución de los rascacielos van a ir a por la construcción de urbanizaciones de lujo, como si no hubiera ya suficientes inmuebles vacíos en Marbella como para seguir construyendo urbanizaciones. Si seguimos así vamos a terminar construyendo en medio del mar, como en Dubai y en esas abominables ciudades de los Emiratos Árabes. El medio ambiente también se encuentra entre el urbanismo ya consolidado, es decir, las calles donde vivimos. Pues este también lo masacramos, como está pasando con los árboles del centro. No importa destruir un paisaje natural, que es de todos, si es a favor de intereses particulares, como los de los dueños de un aparcamiento. Además, en muchas ciudades europeas se restringe el acceso de coches y se potencia el transporte público desde las afueras hasta el centro de la ciudad. Aquí sin embargo sólo pensamos en el beneficio económico que generará la construcción de otro parking en el centro, para que se siga llenando de coches. Lo que estorban son los árboles, no los coches, éstos dan dinero. Peatonalizar esas calles es un acierto porque conecta el paseo marítimo con el casco antiguo y así queda todo articulado y se facilita la revitalización del centro, que tanta falta le hace, pero no hay razón para talar los árboles. Si se quiere renovar las infraestructuras de la calle, se puede hacer perfectamente con los árboles, a menos que lo que se quiera es favorecer los accesos al parking. De otra manera no se puede entender la decisión del Ayuntamiento. Personalmente se me ha caído el alma al suelo cuando he podido escuchar a un vecino de la zona de Notario Luis Oliver diciendo que los árboles de esa calle son “un coñazo”, que “hacen muy bien en quitarlos” y que “lo que se ha liado sólo es politiqueo”. Ante esto me asalta la duda: ¿será una mayoría la que piense así? ¿Seré yo el equivocado? Sería desolador constatar que efectivamente la especie humana es insensata y que no tiene remedio. Pero nuestra generación, Jesús, no es la que dejó los estudios para trabajar de albañil. Nosotros terminamos la enseñanza secundaria. La mayoría de nuestros compañeros de instituto fue a la universidad y se supone que allí tuvieron que pensar de manera diferente, más compleja, acercándose a la realidad de manera más global. ¿Dónde hemos estado todos estos? A veces me pregunto por qué no ha surgido antes una opinión pública cualificada y unida que proteste y no transija con todo. Últimamente parece que hay asociaciones decididas a generar debate y a mover las conciencias de los ciudadanos. Es un rayo de esperanza y tienen todo mi apoyo porque sólo los ciudadanos podemos salvar Marbella de la destrucción de su paisaje y su entorno natural. A la clase política ya la conocemos, está con el enemigo, los destructores, porque sus intereses son los mismos. Todo el ánimo del mundo a Marbella Activa y a todos los ciudadanos que decidan rebelarse contra la masacre de nuestro entorno físico.
By: JoseEs todo un lujo tener en Marbella activa a Jesus Duarte, no solo es un gran biólogo, tambien y me consta es un gran naturalista y gran defensor de nuestro medio natural que como el bien sabe es de una gran importancia. Enhorabuena Jesus por este articulo cargado de verdades y mucha sabiduria.
By: Antonio Figueredo Navarrete.